Y llegó de nuevo,
vestida de negro,
contemplando nuestras vidas,
con todo su derecho,
incitándonos a pensar,
recordar lo sufrido, lo querido.
Nunca se ira.
Y por si poco fuere,
seduce la mente,
nos provoca el sueño.
Y despertar con esa sensación
de haber vivido lo soñado.
Es la noche,
aquella que hechiza el pensamiento.
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