He sentido una voz
susurrando mi nombre,
Miré y no era nada.
No era real sino
abstracto.
- ¿Y si llueve? Fue mi pregunta
- Deja que las
gotas caigan por sí solas. La voz contestó
Y la extrema ironía de su
respuesta,
Enfatizó el habla
Desenredó las cuerdas,
Desató las ganas.
Nos llevó hasta la locura
del beso prohibido,
caricias infinitas
y miradas apasionadas.
Y el color rojo
deslumbró nuestros corazones.
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